Obra de Teatro y Promoción 71
La amistad quizá sea el tipo de vínculo que está más idealizado en la sociedad contemporánea. Creemos sin dificultad que es un afecto que sobrevive a todo: el paso del tiempo, la distancia, el deterioro, el desencuentro. ¿Pero es así verdaderamente? ¿O es posible que todo tambalee cuando las circunstancias apremian?
El título de la obra, no quiere decir nada y quiere decir muchas cosas. Pero lo importante es que nadie sepa cuál es su significado. El título es el saludo de guerra de estos cuatro amigos que son Pedro, Julián, Tomás y Martín. El saludo mágido, el código secreto a través del cual se entienden. O creen entenderse.
Después de mucho tiempo de no reunirse, ciertos hechos hacen que los cuatro vuelvan a compartir una breve temporada de intimidad. Pero ya no son los mismos. Aunque lo que hoy es cada uno de ellos estuviera cifrado en lo que fueran hace más de veinte años. Y tal vez nada haya cambiado, y el afecto siga, a pesar de todo, intacto. Pero también es cierto que después de este reencuentro, nada volverá a ser como antes.
La Obra contrapone los indiscutibles valores de la amistad a una serie de miserias: la ambición, la falta de compromiso personal, el pánico, la cobardía, la deslealtad.
Despúes de ver esta obra de teatro, y después de haber estado reunidos el viernes pasado en lo de Pablo, me pregunté creo que por décima quinta vez, QUE NOS ESTÁ PASANDO?
Y no tengo la respuesta, salvo algunas sensaciones y hechos que puedo escribir sin temor a equivocarme: cansancio, aburrimiento, rutina. No hay sorpresas, casi no nos reimos ni siquiera de nosotros mismos. Todo lo que proponemos naufraga en un olvido preocupante.
Habíamos dicho de por lo menos una vez cada tanto, podíamos reunirnos más temprano para evitar estar tan cansados, o no incluir alcohol en el menú. Lo hicimos sólo una vez. Nunca más. Ir al teatro, al cine, otra actividad, nada de eso caminó. Este año, ni viaje tenemos. Entonces, tal vez como una patética excusa (y me incluyo), buscamos una motivación externa: un hipotético viaje a realizar dentro de 2,3 o más años, a lugares y en condiciones difíciles de imaginar si es que no hay cambios profundos en nuestras actividades laborales y no laborales (me refiero a horarios, días de vacaciones, guita, etc).
Aún a pesar de algunas desaveniencias personales, había otro espíritu. De qué hablábamos hace dos o tres años cuando nos encontrábamos? Alguno se acuerda? ¿Porqué esto que nos pasa hoy antes no pasaba? Tanto cambiamos? Tenemos miedo de hablar de nosotros? O es que nos conocemos tanto que ya es inútil intentar nada nuevo? A quién le echamos la culpa?
Por favor, que no se interprete esto como una queja ni muchísimo menos, pero, y para seguir con los ejemplo, ni siquiera vimos todos juntos, lo que filmamos en Merlo o en Sierra de la Ventana. Hace unos años, en Costa del Este, con un poco de música nos pusimos a bailar nosotros solos. El otro día, veía ese video y me parece imposible que hoy podamos repetir algo por estilo.
Sí, el optimismo no suele frecuentar mi espíritu, para eso están algunos del grupo, que de vez en cuando me ayudan a que pueda verlo (al optimismo), aunque sea de lejos. Ojalá qe esto que nos pasa sea un mal momento, nada más.
Más tarde subo las fotos y la crónica del viernes pasado. Gracias y sepan disculpar.
Después de mucho tiempo de no reunirse, ciertos hechos hacen que los cuatro vuelvan a compartir una breve temporada de intimidad. Pero ya no son los mismos. Aunque lo que hoy es cada uno de ellos estuviera cifrado en lo que fueran hace más de veinte años. Y tal vez nada haya cambiado, y el afecto siga, a pesar de todo, intacto. Pero también es cierto que después de este reencuentro, nada volverá a ser como antes.
La Obra contrapone los indiscutibles valores de la amistad a una serie de miserias: la ambición, la falta de compromiso personal, el pánico, la cobardía, la deslealtad.
Despúes de ver esta obra de teatro, y después de haber estado reunidos el viernes pasado en lo de Pablo, me pregunté creo que por décima quinta vez, QUE NOS ESTÁ PASANDO?
Y no tengo la respuesta, salvo algunas sensaciones y hechos que puedo escribir sin temor a equivocarme: cansancio, aburrimiento, rutina. No hay sorpresas, casi no nos reimos ni siquiera de nosotros mismos. Todo lo que proponemos naufraga en un olvido preocupante.
Habíamos dicho de por lo menos una vez cada tanto, podíamos reunirnos más temprano para evitar estar tan cansados, o no incluir alcohol en el menú. Lo hicimos sólo una vez. Nunca más. Ir al teatro, al cine, otra actividad, nada de eso caminó. Este año, ni viaje tenemos. Entonces, tal vez como una patética excusa (y me incluyo), buscamos una motivación externa: un hipotético viaje a realizar dentro de 2,3 o más años, a lugares y en condiciones difíciles de imaginar si es que no hay cambios profundos en nuestras actividades laborales y no laborales (me refiero a horarios, días de vacaciones, guita, etc).
Aún a pesar de algunas desaveniencias personales, había otro espíritu. De qué hablábamos hace dos o tres años cuando nos encontrábamos? Alguno se acuerda? ¿Porqué esto que nos pasa hoy antes no pasaba? Tanto cambiamos? Tenemos miedo de hablar de nosotros? O es que nos conocemos tanto que ya es inútil intentar nada nuevo? A quién le echamos la culpa?
Por favor, que no se interprete esto como una queja ni muchísimo menos, pero, y para seguir con los ejemplo, ni siquiera vimos todos juntos, lo que filmamos en Merlo o en Sierra de la Ventana. Hace unos años, en Costa del Este, con un poco de música nos pusimos a bailar nosotros solos. El otro día, veía ese video y me parece imposible que hoy podamos repetir algo por estilo.
Sí, el optimismo no suele frecuentar mi espíritu, para eso están algunos del grupo, que de vez en cuando me ayudan a que pueda verlo (al optimismo), aunque sea de lejos. Ojalá qe esto que nos pasa sea un mal momento, nada más.
Más tarde subo las fotos y la crónica del viernes pasado. Gracias y sepan disculpar.
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