56 AÑITOS DE ALBERTO
La noche de ayer nos reunimos en la casa de Alberto Manuel Pérez López para comenzar los festejos por el 56 aniversario de su natalicio, que terminaría concretándose a las 0 hs. del 1º de Mayo. Hasta para nacer rompió las bolas el pibe.
Asistieron don Serafín celosamente custodiado a diestra por su hijo Adrián y a siniestra por su hijo Federico (padre y hermanos del agasajado). Parece que el cumpleañero quería tirarse un lance de que don Serafín garpara el ágape.
Se hicieron presentes también sus dos retoños, Sebastián y Fernando. Dos joyitas. Completaba la troupe familiar el primo Ricardo, ser introvertido y sensible al cual costó arrancarle palabra.
Asistimos también sus amigos, con excepción del Divo de las Pampas, concentrado, el Indio, siempre con el verso de la distancia, y Charly, en manos de la junta de psiquiatras que trataban de hacerlo reaccionar frente al inesperado abandono de trabajo de su CFO. Le dijo “…Don Carlos, voy hasta el kiosco y vuelvo…..” Aún no finalizan los arqueos e inventarios.
Los lenguaraces que siempre le llenan la cabeza respecto del abandono gastrónomico que su mujer hace en forma permanente esta vez tuvieron que callarse la boca. Sin que mediara ni un sí ni un nó la morocha peló el teléfono y llamó al primo para que se ocupara del morfi. Y para que todo cerrara como corresponde, compró un detergente y una esponjita. Huyó y apareció a las 02,00 hs. del 1/5.
Y se largó la carnestolenda, con un desfile incesante de platillos a modo de tapeo que hicieron el deleite de los presentes. Sushi, fajitas, pinchos de pescado, albondiguitas, mini brochetes de pollo y lomo (comparado con el de Palanga parecía aguja), etc., etc., etc. Todo rociado con vino, cerveza, gaseosas y agua destilada descremada sin gas.
No hay nada que dé más placer a quien organiza un evento de estas características que ver como disfrutan sus amigos, es el mejor homenaje. Y si de eso se trata, Hugo y el Tano van a la cabeza. Que gusto daba verlos comer ese arroz hervido sin sal, sin aceite, sin condimento, en fin, sin nada y esos exquisitos yogures naturales que provocaban la envidia de todos los presentes. Y pensar que por estos dos turros pagué $ 25.- (está ok Palanga?) el cubierto, pensaba nuestro ibérico amigo quien, como acotación al margen, luego de una semana de abstinencia , había ido la noche anterior a ver a Litto Nebbia por vez Nº 736.124.
Como antesala de las salutaciones de las 0 hs., y luego de reiterados ruegos por parte de los presentes, se animó y tomó la palabra el primo Ricardo, quien en un francés que hubiera humillado al mismísimo Robespierre nos relató, entre otras cosas, como descubrió el tereso más grande que vió en su vida en la casa de la mismísima Sra. Legrand.
Dió la hora esperada y nuestro Querido Alberto, nuestro Alberto Querido, nuestro Queberto Alrido fue invitado por una guardia de honor a transitar el túnel de la felicidad, el que recorrió en medio de exclamaciones de gozo y algarabía.
Hubo también, como corresponde a una reunión masculina que se precie de tal, un momento para la lujuria, recordando el desenfreno sexual desatado a partir del momento en que supimos que las palmas de la mano eran afeitables.
A los postres llegó el momento musical, y aunque no se crea, en esta oportunidad fuel el tango el que copó la parada, con interpretaciones varias de Naranjo en Flor, Garganta con Arena y otras tantas composiciones del 2x4 que no hicieron más que ratificar nuestra decrepitud en estos tiempos. Para sorpresa de todos el rockero se despachó con unas cuantas estrofas, o sea que tan, tan trolo no es.
Llegó el momento de la partida y fuimos saliendo de uno en uno, habiendo pasado una noche formidable y dejando a nuestras espaldas un vaho etílico que hasta hacía sombra en las paredes de la residencia de nuestro anfitrión.
Nuestro departamento de arte bajará en breve las imágenes respectivas.
1 Comments:
impecable como siempre Ricardo
volvi a la fiesta
10:42 AM
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