EL GRAN DEPORTISTA

Finalizados los juegos Odesur, un grupo de atletas decidió encaminarse a Merlo en la búsqueda de un merecido descanso. Encabezaba la comitiva el capitán general de la delegación argentina, un as del deporte nacional, campeón imbatible en distintas disciplinas, (garrocha, arco y flecha, jabalina, etc). Su humildad y bajo perfil, cualidades siempre presentes en esta raza de megaestrellas del deporte, hicieron que sólo desplegara algunas rutinas de una de sus especialidades: el Tiro al Huevo. A pesar de su hernia, pie plano, paspaduras y una somnolencia que no lo abandonó ni a sol ni a sombra, nos maravilló en el tenis, tal como puede observarse en la foto de la referencia. Atrás quedaron aquellos días y noches de vino y rosas, esos viajes interplanetarios que rara vez permitían detectar su paradero, acá, allá o en el medio del río, vaya uno a saber. Su reciente acercamiento al fútbol, terminó por completar una paleta de disciplinas deportivas que hicieron de nuestro ídolo, una figura ireemplazable. Sabemos de su conducta, su obstinación en seguir aprendiendo y su permanente actualización que no abandona ni cuando, urgido por apremiantes movimientos intestinales, tiene que permanecer sentado en el inodoro munido de su siempre vigente libreta de apuntes.
Por último, cabe destacar que por primera vez dejó en su casa sus famosos y nunca bien ponderados mocasines náuticos. (CONTINUARÁ).